Patrimonio Histórico-Cultural
La Semana Santa de Archidona añade además un rico patrimonio constituido por toda una diversidad de tradiciones, usos y costumbres en donde se conjuga lo material con lo inmaterial. Podemos mencionar, por ejemplo:
"Las Caídas": Las Cofradías de la Humildad y del Dulce Nombre escenifican en su recorrido procesional el momento de las Caídas de Cristo en su camino al Calvario. Como una magna representación el cortejo procesional se arrodilla, en tres ocasiones a lo largo del recorrido: al toque de una trompeta, en el caso de la Cofradía del Dulce Nombre, y de la Zumba, en el caso de la Humildad.
"La Huida del Apostolado": Representa el momento en el que Jesús, a punto de ser preso, es abandonado por los discípulos. El Apostolado de Cruces, en un determinado momento, marcha de la procesión, retirándose a algún templo cercano hasta su paso.
"El Encuentro": De unos años aquí se ha hecho tradicional el emotivo encuentro de la Virgen de la Soledad con su Hijo muerto en el incomparable marco de la Plaza Ochavada, en una oscuridad tan solo rota por la luz de las velas y con los sones posteriores del Adaggio de Albinoni.
"Embajada del Angel o Embajá": Constituye una tradición muy arraigada en la Cofradía del Huerto. En la Iglesia de la Victoria y previamente a la salida procesional, se escenifica el hecho evángelico que narra la llegada de un ángel al Huerto de los Olivos para confortar a Cristo. Para ello, se viste a un niño de angelito, el cual, portando un cáliz, entona desde un balcón-tribuna interior una melodía cadenciosa, a modo de romance, en un son monocorde y repetido.
"Sermón del Descendimiento": Hasta 1958 se escenificaba en la Parroquia de Santa Ana el Sermón del Descendimiento o Desenclavamiento de la Cruz, tras los Oficios del Viernes Santo, ceremonia que venía haciéndose desde el siglo XVI. Recientemente se ha vuelto a recuperar esta ceremonia de traslado de la imagen de Cristo al Sepulcro, aunque despojada de la teatralidad y suntuosidad de antaño.
El cortejo procesional constituye un articulado cuerpo en el que pueden destacarse figuras como las del: Mayordomo de Procesión, representante del Hermano Mayor y máximo responsable de la organización y dirección del desfile procesional; Sampedro de Trono, responsable de la dirección del trono; Sampedro de Campanillas, que dirige el cuerpo de campanilleros; Citote, responsable de la sección del apostolado; Bastoneros, responsables de cada una de las secciones; Piostre, responsable de la sección de bernagales, encargada de solicitar donativos durante la estación de penitencia.
Otras figuras icónicas individuales y colectivas que debemos destacar son:
Los Campanilleros: Considerada una figura señera de nuestra Ciudad y la estampa más característica de la Semana Santa de Archidona. Los Campanilleros abren el cortejo procesional de la Cofradía. Entre las campanillas cabe mencionar las denominadas "Campanilla de todos los metales", de la Cofradía de la Humildad, y "Campana de Santo Domingo", de la Cofradía del Dulce Nombre, siendo ambas de aleación desconocida y las más antiguas de Archidona, quizás anteriores al siglo XIX.
Los Horquilleros: Antiguamente la forma tradicional de llevar los tronos de Cristo en Archidona era "a correón", mediante unas correas de cuero que llevaban los portadores rematadas en una argolla que enganchaba en el trono, quedando la imagen del Cristo a la altura del público. Al aumentar de tamaño, ya en la década de 1920, comenzaron a llevarse los tronos de Cristo al hombro y apoyando las andas en horquillas. De ahí la denominación de Horquilleros, la cual se mantiene actualmente, aunque no se porten ya horquillas.
El Apostolado de Cruces: Es otro de los iconos más emblemáticos de la Semana Santa archidonesa. Es la sección de más riguroso silencio y disciplina de la procesión y representa al colegio apostólico, situándose tradicionalmente tras el trono del principal titular. Sus miembros llevan una simbólica corona de espinas y cargan con una cruz con la adscripción personal de un Apóstol.
Sección de Damas: En 1946 se gesta la fundación del Grupo de Damas del Santo Sepulcro, introduciendose la novedad de que un grupo de mujeres se integren en el cortejo procesional ataviadas con la clásica mantilla española y de riguroso luto. Esta práctica se encuentra extendida en la actualidad también a otras Cofradías.
Pero no se agota con ello la riqueza de elementos y matices que configuran y personalizan la Semana Santa de Archidona: la "Recorrida de Sampedros", en la víspera de la procesión, acompañados por los Campanilleros de la Cofradía; la visita a los Sagrarios; el rito del Lavatorio de los Pies al Apostolado de la Cofradía del Nazareno en los Oficios del Jueves Santo en la Parroquia; el "Desfile" de los miembros del cortejo cofrade previo a la salida procesional; el recuerdo del afamado y ya perdido "Sermón de Santo Domingo", con sus "Sentencias" y "Embajás", en la madrugada del Viernes Santo; la visita a los templos y a las Casas-Hermandad; el recordado Apostolado de Diademas; etc... Todo ello es un patrimonio de elementos y vivencias que multiplican la riqueza material y espiritual, de ayer y de hoy, de la Semana Santa de Archidona.
El discurrir de las procesiones de Semana Santa se concentra en el casco histórico de la Ciudad, de gran sabor tradicional y profunda memoria histórica, lo cual aporta un inmejorable marco como valor añadido. Su seguimiento supone, por tanto, un pasear por los lugares más característicos del casco histórico de la Ciudad, favoreciendo así la captación y el disfrute no sólo de la trama urbanística (calles, rincones y plazas), sino también de los valores arquitectónicos, estéticos e históricos del entorno. Al respecto hay que recordar la Declaración de Archidona como Conjunto Histórico en el año 1980. Podemos destacar, por ejemplo, las profundas y escenográficas perspectivas longitudinales que aportan las largas calles Carrera y Nueva, que constituyen las dos principales arterias de la Ciudad, y el discurrir de las procesiones por las dos plazas más emblemáticas de Archidona: el Paseo de la Victoria y, sobre todo, la Plaza Ochavada. Esta última se convierte en escenario único, donde Cofradía y pueblo, reunidos, asisten a momentos de exaltación de las Imágenes Sagradas de fuerte impacto estético y devocional.
Es necesario comprender que la Semana Santa es la expresión culminante de todo un acervo social, cultural y religioso de notoria significación en la idiosincrasia de Archidona y supone el cumplimiento cíclico de todo un sentir y actuar a lo largo del año. Cumplimiento en una Semana Sacra, que tiene como heraldo previo al Pregón de Semana Santa, acto entrañable en el que los sentimientos y experiencias personales del cofrade que lo proclama se funden inevitablemente con los sentimientos y experiencias de todos cuantos le escuchan.